Época: Neolítico
Inicio: Año 3500 A. C.
Fin: Año 2500 D.C.

Antecedente:
Neolítico Medio



Comentario

De entrada es necesario subrayar la parquedad del registro respecto a estos temas; no obstante, algunas de las novedades de la investigación reciente permiten observar el proceso de transformación. En el área mediterránea, Cataluña ofrece tradicionalmente una documentación más abundante -Cultura de los Sepulcros de Fosa-, aunque la mayor parte de ella queda restringida al mundo funerario; en las demás regiones, a pesar de la persistencia de vacíos documentales importantes, se observan unas pautas generales.
El hábitat es conocido parcialmente y de manera desigual, pero en general se observa en todo el ámbito mediterráneo una ruptura respecto a las fases anteriores, marcada por la generalización del hábitat al aire libre con asentamientos de mayor extensión y el progresivo abandono de la utilización de cuevas y abrigos naturales.

Así, en Cataluña, los recientes descubrimientos de asentamientos (Can'Isach - Palau Saverdera, Girona - y Bòbila Madurell - Sant Quirze del Valles, Barcelona y Feixa del Moro -Andorra-) han llenado un vacío importante. La existencia de estos hábitats junto con la distribución de las necrópolis ha permitido caracterizar la distribución del poblamiento, observándose una cierta continuidad con los patrones de asentamientos en las zonas de mayor fertilidad (valles, llanos prelitorales o litorales) de las últimas fases del Neolítico Antiguo, pero presentando a la vez la existencia de variaciones significativas, como el aumento de la actividad colonizadora ocupando zonas nuevas, relativamente aisladas (zonas de la Cataluña central, zonas pirenaicas) y, por otra parte, el aumento del número de asentamientos. También se documenta la práctica desaparición de las ocupaciones en cuevas, si exceptuamos las del Toll o del Molinot.

Las estructuras de estos poblados son poco conocidas, pero parecen reducidas, como en el caso de Bòbila Madurell, a depresiones o fosas de planta circular (probablemente silos o contenedores amortizados con desechos) y excepcionalmente se ha localizado alguna estructura excavada en el subsuelo, de planta rectangular-oblonga, que presenta agujeros de poste, estructuras de combustión, etc. Más significativa es la estructura del poblado de Can'Isach. Este asentamiento muestra un núcleo con diversos espacios de habitación de carácter permanente -delimitados con muros-zócalo y con estructuras de sustentación (postes), de combustión (hogares planos y cubetas) y de almacenamiento (braseros, silos) en su interior-, que presentan la superposición de diferentes pisos de ocupación, datado hacia finales del IV milenio-inicios del III milenio.

En el País Valenciano se observa, igualmente, la ruptura de la dualidad de poblamiento observada en el Neolítico Antiguo o Neolítico I; se puede hablar de una expansión de la población y la fijación territorial en poblados de tipo abierto, con la ocupación de nuevas tierras en habitaciones dispersas (Les Jovades, Alicante y la Ereta del Pedregal). Un fenómeno similar ha sido definido en Andalucía, donde hay una mayor pervivencia de la utilización de cuevas, pero aparecen progresivamente las primeras ocupaciones de poblados como la Peña de los Gitanos, en Montefrío, el de Terrera Ventura en Tabernes (Almería) y muy probablemente Hornos de Segura (Jaén).

La información sobre las ocupaciones en cuevas es muy dispersa y fragmentaria en zonas como la catalana (Cova del Toll y Cova de la Font del Molinot, en Barcelona) y la aragonesa (Abrigo del Pontet), mientras que en otras es bastante completa (Cova de l'Or y Cova de les Cendres, en Valencia, Nerja y Nacimiento, en Andalucía).

El análisis paleoeconómico de este horizonte para la globalidad de las culturas de la Península, teniendo en cuenta el registro disperso y los problemas cronológicos y terminológicos anteriormente descritos, apunta hacia una dinámica marcada en primer lugar por un perfeccionamiento de las prácticas ganaderas. La asociación de animales domésticos se equilibra progresivamente incrementándose las especies de suidos y bovinos, en detrimento del predominio absoluto de la oveja y de la cabra documentado en el periodo anterior. Por otra parte, se observa la continuación de la recolección de especies de moluscos terrestres y de agua dulce. La caza tampoco se abandona si bien tiene un rol cada vez más secundario.

En la actividad agrícola domina el cultivo de cereales, observando un aumento de la cebada, quizá debido a su mejor adaptación ecológica, pues se trata de una especie más rústica y resistente. Justamente en este periodo aumenta enormemente el número de molinos de mano, lo que también nos podría hacer pensar en un desarrollo mayor del trabajo agrícola; el resto de los útiles y estructuras de almacenaje relacionados con esta actividad sigue documentándose con cierta frecuencia (piezas de hoz, grandes recipientes cerámicos, silos).

Un aspecto económico muy significativo de este periodo es el incremento de la documentación de intercambios de materias primas o productos elaborados. Así, por ejemplo, en Cataluña se debe resaltar la circulación de elementos malacológicos y la variscita, materiales usados para la fabricación de adornos que forman parte de los ajuares funerarios (cuentas de collar, colgantes...). El material lítico, en particular sílex de buena calidad o la obsidiana, es también objeto de intercambio si bien la falta de estudios pormenorizados impiden conocer, actualmente, el alcance de estas redes de circulación de materias primas o de bienes manufacturados, aunque la documentación en el caso de la variscita presupone un alcance medio. En efecto, el hallazgo y estudio en curso de las minas de Can Tintorer en Gavà (Barcelona) ha proporcionado elementos muy significativos en cuanto a la problemática de la circulación de materiales en el Neolítico Medio. Este complejo minero, que funcionó a lo largo de un milenio, aproximadamente 3600-2600 a.C., presenta una estructura compleja y de gran perfección técnica dedicada a la extracción de minerales (por el sistema de pozos y galerías) para la fabricación de cuentas de collar y brazaletes (variscita), de instrumentos tallados (lidita) y pulimentados (esquisto y otros). Los estudios realizados hasta la actualidad indican una producción importante y asimismo una distribución significativa que cubre la globalidad del área catalana extendiéndose probablemente hacia el Rosellón y Languedoc francés.

El incremento de estos intercambios y la presencia de estos centros de producción especializados permiten constatar una incipiente complejidad social de la organización del trabajo; quizás con el impulso de ciertos sectores sociales especializados en una actividad que a su vez genera industrias subsidiarias (cestería, construcción de estructuras e instrumentos para la extracción de los minerales...).